Hoy al leer la entrada del blog de El Parto es Nuestro me he acordado la conversación que tuve con una amiga sobre su parto. Nos poníamos el día, nuestros bebés ya tenían varios meses y nos juntábamos por primera vez después de haber parido. Ella por vía vaginal inducido, yo, ya sabéis, por cesárea inducido también. Comenzó ella a contarme su historia. Yo pensaba que sería maravillosa o por lo menos más maravillosa que la mía, porque su chiquitico había nacido por la vagina y no como mi Maite. Pero me equivoqué; ella deseaba haber tenído una cesárea y yo, me arrepentía terriblemente de haber pensado que ella habría sufrido menos que yo. Ni de coña. Casi hasta di gracias por haber tenido una cesárea y aunque esté mal decirlo, por no haber pasado lo que ella pasó.
Ahora sé ponerlo nombre a parte de lo que le hicieron: maniobra de kristeller. Antes sólo sabía que se habían subido prácticamente encima de ella y que mi amiga no tuvo otra más que aguantar. (Lo que es no estar informada) Y encima, ver cómo te están apretando cómo si fueras una pasta de dientes y ver que nace tu hijo y no te dicen nada: si esta bien, mal o qué. Desde luego que esto no es un parto respetado, ni por el forro. ¡Pobre amiga, pobre hijo!
El 8 de marzo, con motivo del día de la mujer trabajadora, la asociación El Parto es Nuestro comenzó la campaña
«STOP Kristeller: cuestión de gravedad». Es una campaña de sensibilización y concienciación, a nivel nacional, que se desarrollará a lo largo de un año.
¿Y realmente en qué consiste esta maniobra? Que por cierto, hay que decir, que no está recomendaba por la OMS ni por el Ministerio de Sanidad y aún así se práctica en el 21.6% de los partos en nuestro país, un porcentaje muy alto para ser una maniobra
invisible, ya que muchas veces ni aparece reflejada en la historia clínica. La maniobra consiste en apretar la tripa de la mujer embarazada cuando tiene contracciones por la parte de arriba del útero, es decir, cerca de las costillas. El objetivo es acelerar la fase del expulsivo durante el parto. Y por supuesto, existen riesgos tanto para la madre como para el bebé.
Aquí podéis leer el post que ha inspirado este texto y un vídeo donde se ve un poco la maniobra, yo ciertamente, no me he atrevido a verlo. Quizás otro día. Os dejo aquí también una entrevista a una matrona que habla más sobre esta maniobra.
Los pelos de punta, ¿no os parece?