Maite prácticamente desde que nació ha tenido un ojico mal: el párpado rojo y muchas veces se le llena de legañas mocosas. Se lo limpiamos todos los días, normalmente después de bañar para quitarle por si acaso, algún resto de jabón. Lo ideal es usar suero fisiológico y una gasa, una gasa por ojo, para que así no se contagie un ojo con otro.
Al principio pensaba que sería conjuntivitis, porque tuvo varios días el ojo bastante mal, pero el enfermero me comentó que podría ser seguramente que tendría el lagrimal obstruido, que es muy común. Luego me fijé que al llorar, se le quedaban las lágrimas sin salir del ojo. Así que sí, todo apuntaba a que lo tenía obstruido.
Para solucionarlo, lo mejor es, limpiarlo por un lado, pero sobre todo, hacerle con el dedico en el lagrimal, círculos, suave, suave.