El viernes fui a ver a Carlos Gonzalez. Y digo ver, porque escuchar, poco. Fui con Maite y no paró quieta en todo el rato; chupando, hablando, moviéndose… Así que al final decidí irme, sin oírle terminar.
La sala estaba llena;gente en los pasillos sentada, a fuera, en el escenario. La mayoría mujeres, niñ@s, bebés y unos 8 hombres, no creo que hubiese más. Yo llegué para las 5 y pude coger sitio. Al
inicio, hablaron varias mujeres, de La liga de La Leche y de Amagintza. Después, Carlos tomó la palabra y con una presentación en power point (con la licencia caducada) pude comprobar dos cosas: que internet, como la tele, engorda 😉 y que su ironía al contar las cosas casi mola más que en el papel. Cierto es que el título de la charla, «qué puede esperar una mujer que decide amamantar» no me atraía mucho, (cinco meses atrás no me lo hubiera pensado) pero al final, después de mucho dudar quede con dos amigas y me animé.
Lo mejor, toda la gente que vi y con la que estuve: viejas conocidas, conocidas que vi embarazadas y que no sabía que estaban y contactos perdidos que espero retomar. La presentación de Carlos Gonzalez, estaba muy orientada a mujeres embarazadas primerizas y a mujeres en los primeros meses de amamantación. Cierto es que todo lo que dice siempre es interesante, pero yo sí que lo veía más orientado hacia este público. Habló de la importancia del contacto piel con piel y de las mejores posiciones para amamantar; con imágenes realizadas especificamente para explicar cada postura, por lo que eran muy claras. También comentó, que antes la mayoría de problemas con la lactancia se solucionaban diciendo que se amamantase hasta que el bebé quisiera, no diez minutos, y que en cambio los problemas que ahora le llegaban eran diferentes y muchos por temas de frenillo. Me gustó saber que el tema del frenillo es hereditario y que si un niñ@ abre la boca de forma muy geometrica, puede ser síntoma de ello. Hablo de la dureza que a veces supone la lactancia y las pocas horas de sueño para la madre y del colecho. Recalcó que porque no cojamos en brazos a nuestro hijo una vez cuando llore no le va a suponer nada, pero que si lo hacemos, hacemos algo, repetidas ocasiones sí le dejará huella.
Os recomiendo la entrevista que se publicó ayer en Diario de Navarra. Por cierto, oí que en Diciembre volverá, así que en cuanto me entere os aviso.
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