«Maite, ¿por qué lo has roto?» Si pudiera hablar tal y como lo hago yo, porque hablar ya habla, me diría: «mamá, me has dado una cosa para jugar y de repente, ¡pum! Y ya no lo tenía entre las manos»
Estoy segura que ha pensado eso cuando me he girado al oir el ruido y con cara seria le he preguntado: ¿por qué has roto el plato de la comida?
Para empezar, ella no sabe que es un plato, ni que se rompe, ni que lo que ha pasado ha sido que se ha roto. Simplemente ella jugaba con algo que le había dado yo.
Así que la respuesta es clara: la culpa es mía de que su plato se haya roto. ¿O qué opinais?
La verdad que os puede parecer una tonteria, pero yo desde que soy madre, cada vez que le digo a Maite algo de importancia me planteo si la formulación ha sido la correcta, si el tono ha sido el adecuado, etc. ¿Os pasa?
2 Comentarios
malen
Sí, Naiara! Me pasa continuamente. Yo creo que es muy bueno preguntarse y ponerse en su lugar. todavía es muy pronto para tener conciencia de cantidad de cosas que acostumbramos a dar por hecho.
Está noche Anne se pasaba una albóndiga por la planta del pie… Y me pregunto «si le dejo usar las manos, ¿por qué va a entender que con los pies es diferente? » 😉
Naiara Olague
Jejej pues sí, qué razón!! Qué bonito y qué difícil es educar o mejor dicho, enseñar lo que está «bien y mal»! 🙂