Seguro que habéis oído hablar de estas dos palabras, aunque no tengáis mucha idea de que van.
El percentil es un valor que usan los pediatras para ver la evolución de nuestros hij@s en función de su peso y talla. Para ello, hay unos valores estándar y en base a esos valores se «sabe» si nuestro hij@ va bien de peso, es más bajo que la media o tiene la cabeza más grande que la media. Y eso es lo que hay que tener en cuenta, que todo se interpreta en base a la media: «tu hija es
un poco superior en talla, respecto a la media». Si por ejemplo decimos que nuestro hijo está en percentiles 50 quiere decir que es como los niños de su edad, como la media. Y digo niños porque se dividen ambos sexos para hacer estos calculos. Niños y niñas no llevan el mismo camino.
En este enlace hay una herramienta muy útil, si queréis conocer los percentiles de vuestros hijo
@s Usa las tablas de la OMS. Sólo tenéis que introducir algunos datos y os los mostrará en varias gráfica y con una breve explicación de si esta por encima o por debajo.
Os dejo la herramienta pero ¡no os obsesionéis! Vosotras mejor que nadie sabéis si vuestro hij@ está bien o no. 🙂
Y el otro día oía que me decían: ¡qué orgullosa hablas del peso y estatura de tu bebé! Pues sí, así es, pero nada da más lejos de la realidad, hablo y pregunto a otras madres por la estatura o peso de sus bebés porque es «de las pocas cosas» que tenemos para contar sobre nuestros hij@s. Las envidias y las comparaciones hace muchos años que las deje en el cole. Si yo pregunto y hablo es porque después de hablar de si duerme bien y afirmar que sí, que todavía le doy teta y le alimenta bien, es otro dato que tenemos de nuestros pequeñines. De momento no hay mucho más: luego hablaremos del cole, los deportes, los novios y los estilismos entre cientos de cosas más. ¿Qué más da si mide más o menos que la mia? O ¿si está más gorda o delgada? Yo también soy diferente de la mamá a la que le pregunto. Las mamás y los papás también somos diferentes los unos de los otros y por ello no nos picamos o dejamos de hablar… En fin, por terminar con este pensamiento en alto, que me parece una tontería que haya «rivalidades» por esto.