Ayer aprovechando que hacia sol, aunque no mucho calor, salí dar un paseo grande con Maite. Eso de que dicen que cuando estás embarazada no dejas de ver embarazadas, (aplicable a otras cosas, también claro) es verdad, y lo mismo pasa cuando llevas silleta, cientos de mamás a tu alrededor también llevan. El caso es que me crucé con una embarazada y una que llevaba carrito, que se habían parado a hablar y la embarazada le decía: «yo voy a intentar sin epidural, que todo el mundo que se pone acaba mal» La de la sillleta se reía. Me recordó a mi, yo decía lo mismo hacia el final del embarazo. Porque si que es verdad, que al principio tenía más miedo y no dudaba en lo de la epidural, me la iba a poner seguro.
A medida que el parto se acercaba tenía más claro que iba a intentar un parto natural. Es curioso como va cambiando la perspectiva y como al final del embarazo sólo piensas en tu bebé y en que todo salga bien; los miedos los dejas a un lado. A mi por lo menos eso me paso. Aunque sí he de decir que tenía días, ya en la semana 40, de decir: «¿Parir? ¿Yo parirrrrr? Ufff»
En fin, que tenía la certeza de que iba a hacer todo lo posible por no ponerme epidural porque los «partos fallidos» eran más. Y la verdad que ahora que hago recuento, entre conocidas, tampoco es así.
Lo malo de la epidural es que cuando te la ponen tienes que estar en la cama, tumbada, no te puedes levantar y por eso dicen que se paraliza el parto. No puedes seguir los instintos de movimiento/posturas que te marca tu cuerpo. Y no hay que olvidar que dar a luz es algo natural, salvaje y no algo medicalizado. Y sobre todo que el dolor se sobrelleva mejor en movimiento.
Yo lo que tengo claro ahora después de mi experiencia que lo mejor es tener información. Es imprescindible llevar las cosas claras al parto: qué te gustaría, que no… Pero sin tener una idea fija, porque luego en el parto puede pasar cualquier cosa. Es decir, ir con la mente abierta.
Yo que ingrese para que me provocaran en la semana 41+3, después de dos días sins dormir y un día entero con contracciones y movitando, cuando me dijeron que ahora me pondrían la epidural, daban por hecho que me la iba a poner (los partoa con oxitocinason muy dolorosos) dude por lo que sabía pero pese a que lo comente fue de forma «tímida» y ahí se quedo. Ahora pienso que me gustaría haberlo hablado con la matrona. Creo que al no haber buena comunicación, yo tiré la toalla y fui por el camino fácil: alivio de dolor. Aunque luego no fue así. Pero bueno, esto ya es otra historia.
¿Qué a mi se me estancase el parto por la epidural? Pues no lo sé. Según lo que atiné a preguntar y lo que vagamente recuerdo, se supone que no, que fue porque Maite tenía la cabeza muy grande y no la encajaba. Está claro que nunca lo sabré a ciencia cierta.
Lo que sí sé es que cada mujer es un mundo, cada parto y cada embarazo. Y lo que me haya pasado en este no me tiene porque pasar en los siguientes.
Epidural si o no, yo os aconsejo: informaos y el día del parto decidid según os encontréis y vayan transcurriendo las cosas.
Podéis leer en este enlace de wikipedia más sobre la epidural