Día a día Lyme Crónico

Viviendo el duelo con una actitud positiva

El otro día en una charla en la que estuve y hablábamos entre otras cosas, sobre el duelo, nos dijeron que se tardan en superar entre 6 meses y 4 años. Nada más y nada menos.

Erróneamente creemos que solo existe el duelo ante la muerte, pero el duelo se refiere a cualquier momento/perdida que nos produzca una gran tristeza. Puede ser una pérdida de un ser querido, una ruptura de una relación, perdida de una capacidad física, una enfermedad crónica, etc. Yo siempre he tenido claro que mi parto por cesárea fue mi primer duelo. Mi primera gran tristeza.

Estar viviendo un duelo, no significa tener una depresión. Son dos cosas independientes, que por las circunstancias de la tristeza nos puede llevar a estar en una depresión. Pero hay duelos que se pasan sin estar deprimidos. En mi parto por cesárea, estuve deprimida, nunca había estado así; cualquier pensamiento relacionado con mi hija, mi embarazo y postparto me producía llanto, sentía rabia, tristeza… No sé qué fue primero, si la depresión psicológica o el duelo, pero estoy segura de que viví las dos cosas. Estuve yendo a una homeópata que me ayudó muchísimo, además del vínculo afectivo con mi hija. Mis horas con ella, nuestros piel con piel, nuestra lactancia y saber que tenía que salir de esa sí o sí por ella y para ella, me ayudaron a hacerlo.

Mi hija volvió a ser mi timón en mi segundo duelo, cuando me divorcié, mejor dicho, cuando dejaron de quererme. El divorcio no es más que el fin de una etapa que te libera y te da alas para seguir tu propio camino, alas que a veces te hacen chocar pero que un día, aletean fuerte por fin y te ayudan a volar hacia tu verdadero camino. Se sale del agujero negro, creedme. Se sale y se vive otra vez plenamente.

Y en este tercer duelo, mi hija sigue siendo mi principal motor. Mi familia. Mi hija, mi pareja. Aunque mi gestión de este tercer duelo está dejando bastante que desear, en este caso la experiencia no es un grado, estaría muchísimo peor sin ellos a mi lado, eso lo sé.

Según los expertos los duelos tienen 5 fases:

  • Negación
  • Ira
  • Negociación
  • Depresión
  • Aceptación

Durante la primera fase nos negamos a creer lo que estamos viviendo o la noticia que nos acaban de dar. Es un mecanismo de defensa para amortiguar el golpe. En la segunda etapa, la de la ira, sentimos rabia, resentimiento y mucha frustración. Creo que es la etapa más activa, en la que más vivas nos podemos sentir. En la etapa de negociación, intentamos controlar la situación, sentirnos al mando de lo que estamos viviendo nos ayuda. La cuarta etapa aunque se llama depresión y puede compartir muchas fases iguales a una depresión psicológica, no tiene porque suceder. Es una reacción a las implicaciones reales que nos está suponiendo esta nueva situación. Por último, la aceptación. Sentiremos tranquilidad y sobre todo, nos parecerá un regalo alcanzar este último punto del camino. Serenidad. ¡Un gran alivio! 

Es importante tener en cuenta que deberemos ir avanzando por todas las etapas, si en alguna de las etapas estamos más de un año, según la psicóloga que escuchaba el otro día, habrá que atender a otras señales y ver si realmente hay algo más. (Tal vez en esa situación si que podríamos hablar de una depresión psicológica.)

Además de la etapa del duelo, pienso mucho en todo lo que arrastramos de esos momentos de absoluta tristeza. Mi dos primeros duelos están superados, pero a veces siento telarañas llenas de miedo que todavía me persiguen. Y me dan mucha rabia.

Pero sin actitud y sin positivismo no vamos a conseguir nada. Tened en cuenta que el duelo lo vais a tener que pasar, que tardará más o menos, pero que después os sentiréis aliviadas y bien con vosotras mismas por haber sido unas guerreras. Mientras sufres y a la vez creces de esa etapa, de la que estoy segura vas a aprender muchísimo, intenta trabajar estos 3 aspectos:

  • Empatia
  • Asertividad
  • Resiliencia

Os los explico cómo yo los entiendo y los vivo:

  • Empatia: Tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Comprender al otro aunque nunca lo lleguemos a entender del todo. Es importante tener claro este último aspecto; siempre hay que poner todo nuestro esfuero y empeño en entender a la otra persona, pero debemos tener claro, que las circunstancias de cada uno nos harán entenderlo de una manera o de otra. Por eso, hay que ir a ponerse en los zapatos del otro con la mente abierta y siendo conscientes, ambas partes, de que seguro que se consigue pero con limitaciones. Y eso no tiene porque ser negativo.
  • Asertividad: Es la cualidad de ser asertivo. Es decir, tener la capacidad de decir lo que pensamos de manera firme. De dar nuestra opinión. Creo que es importantísimo, eso sí, la clave está en cómo decirlo; las formas. Las formas, no deben sobreponerse al mensaje, ya que sino se olvidará lo realmente importante. Debemos cuidar las formas, el tono, la expresión de nuestra cara, nuestros gestos. No debemos parecer bordes.
  • Resiliencia: yo no hago más que oír esta palabra últimamente, ¿A vosotras también os pasa? Yo hasta ahora, me consideraba una guerrera. La resiliencia, es la capacidad que tenemos las personas para superar circunstancias traumáticas. ¡Y todo el mundo tenemos la capacidad! #Warriors

Yo todavía sigo poniendo esos 3 conceptos en práctica, pero estar en el camino siempre es bien, ¿No os parece? Si conseguís poner en práctica estos 3 conceptos podréis vivir cualquier duelo con positivismo y nos sentiremos bien con nosotras mismas.

Aunque no nos lo parezca siempre hay algo positivo, creedme. Y no vale decir eso de que «podría estar peor» y aferrarnos a eso. No, hay que buscar algo positivo de verdad. La vida es dura, es importante tenerlo claro, tarde o temprano nos dolerá, pero no por ello tenemos que dejar de vivir y buscar momentos de felicidad.

En el caso de una enfermedad crónica, como puede ser mi tercer duelo, la situación no va a mejorar, en principio no. Así que más me vale tomármelo con positivismo; mi mente estará más relajada y sufriré menos desgaste mental. Con una actitud positiva, mi cuerpo será capaz de generar endorfinas y eso me aportará alivio del dolor, así que solo por eso merece la pena intentarlo.

Acuérdate, intenta ser positiva. Busca algo positivo. Aférrate a algo o alguien. Puedes ser tu misma, y aunque no seas tu misma, si que por favor, hazlo por ti. Mi hija ha sido mi brújula, pero recordad lo que os digo siempre; si vosotras no estáis bien, ellxs tampoco lo estarán. Así que es imprescindible sanar para poder atender. Sanar para poder amar y que te amen. 

Te lo debes a ti misma. ¡Adelante!

 

 

Deja un comentario