Antes de ayer llebamos a Maite a ver los fuegos artificiales. Queríamos ver la reacción que tenía. No nos pusimos muy cerca y no los veíamos de forma directa, pero no hizo ni inmutarse. El primer cohete sí que le hizo moverse de forma brusca, pero después le cogimos en brazos y no hizo ni quejarse. Es más, se despistaba con la gente que pasaba como si nada. Y eso que el ruido era ensordecedor.
Ayer, como reaccionó tan bien la volvimos a llevar. Esta vez, un poco más cerca y con visión más directa; estaba alucinando. Le mirabas y no paraba de mirar, estaba flipada, y tanto padre/madre como abuelo/abuela también, claro!!
El que reaccionase de forma tan positiva me ha hecho reflexionar y he llegado a la conclusión que tal vez al ser tan pequeña, casi 6 meses, no sea consciente del ruido ni de las luces y que todavía por eso no reaccione de manera negativa.
Tal vez alguien experto lea este post y nos cuente qué ocurre realmente en el cerebro de un bebé. 🙂
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