Y no, no es un chiste, sino una realidad:
Nuestro hij@ lleno de chocolate por todos los lados; cara y manos. ¿Qué le limpio primero?
Antes de ser madre y de desarrollar los superpoderes que ya os comenté que tengo, limpiaría sin duda la cara. ¿Cómo le voy dejar manchado «en público» más de diez segundos?
Pero ahora, sé que eso es un grave error y limpiaría las manos en profundidad sin pensarmelo dos veces. Aunque esté con la cara manchada durante media hora.
Ahora sé que tener las manos limpias supone; que no se manche su ropa, que no me manche a mi, que no se restriegue las manis en el pelo, que no manche todos los objetos que tiene alrededor… Sin duda, un sin fin de beneficios que antes era incapaz de ver y que ahora, casi de forma innata salen de mi.