Aunque hayas tenido un día largo y duro en la oficina, aunque lo que más te apetezca sea meterte en la cama debajo de la manta, aunque mañana sea viernes y parezca lunes, siempre, siempre, siempre, te sacará una sonrisa.
Te hará ver que nada de lo que te pasa tiene tanto sentido, que no hay razón para llorar y que por muy oscuro que esté todo, ella siempre hará que brille.
Pese a que una lágrima te recorra la mejilla, pese a tener unas ojeras fijas como make up de la semana, te levantará el ánimo y desearás reponerte para seguir al pie del cañón.
Su brazo minúsculo envolverá tu cuello y sus piernitas de gallina, te rodedarán como si fuera un koala, y entonces, sabras que no hay nada más grande en el mundo: que ella es la alegría de tu vida y la que hace que todo cobre sentido.
Tu eres mi luz, mi estrella, mi sol. Me das la vida. Maite zaitut txikitina!!